domingo, 31 de enero de 2010

Dolor


-Dime la primera palabra que encuentres en tu mente, Shayley. Sólo quiero ayudarte.
-Eso es sencillo-respondí-: dolor.
-¿Dolor? ¿Y cómo es ese dolor?- pensando, decidí contestarle y contárselo. Al fin y al cabo, era la única persona que aún no me había traicionado.
-Es... complicado. Es un dolor basado en una sensación, en un presentimiento. Es un dolor que nace de la duda, del propio dolor. Es un dolor infundado. Un sufrimiento psicológico que casi alcanza el dolor físico. Y necesito deshacerme de él, ¿lo entiendes? No puedo más. Necesito que se vaya, que se aleje. Quiero que desaparezca. Quiero ser capaz de hacer que se evapore...No puedo más. Todo esto me supera...
-¿Y por qué quieres deshacerte de él?- abrí los ojos, sorprendida. Para nada me habría esperado aquella respuesta-. No luches contra él. Deja que tu mente y tu cuerpo lo asuman, haz que forme parte de ti. Vive con el dolor, y te harás fuerte. Entonces, y sólo entonces, conseguirás que ese corazón que yace desmadejado y roto en un charco de sangre se haga del más frío de los hielos. Y no volverás a sentir nada más. Es eso lo que quieres, ¿no?
-Sí, supongo que sí...

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