Lee,escribe,comenta. AÚLLA Sumérgete en un reino donde la palabra es la victoria. Déjate llevar por su poder. Simplemente... AÚLLA A LAS PALABRAS
sábado, 3 de septiembre de 2011
Delirios de una noche de verano
Palabras. Palabras y recuerdos que vuelven una y otra vez.
Pesadilla recurrente de frenesí ambicioso.
Ambición avariciosa ante la lejanía de una meta autoimpuesta.
El fin justifica los medios.
Depositar la suela del calzado en el cráneo perdedor para vanagloria apoteósica personal y reír.
Reír hasta llorar. Llorar. Derramar lágrimas dulces hasta que la acidez del sudor salpique el pensamiento.
Pensamiento esforzado en recordar y recuerdos obsesionados con la placidez del olvido.
Olvido. La ausencia de un pasado hiriente, plagado de abrojos neuronales; cerbatanas de dardos envenenados con palabras agrias. El mismo olvido por el que suplicaba Julieta al desear borrar Montesco del nombre de su capricho hormonal de verano.
Olvido que termina por tornar en una soledad despectiva ante una vasta multitud de frivolidades.
Olvido que termina por volver a recordar. Otra vez.
Pesadilla recurrente.
jueves, 3 de marzo de 2011
Érase una vez un nombre
Érase una vez una joven llamada María a la que no le agradaba su nombre porque creía que era demasiado común y le venía pequeño.
Ella creía que con ese nombre, tan poco original, en un futuro nadie la recordaría, así que quiso modificarlo, alterarlo.
Se decidió por Ría, ya que Mari le parecía estéticamente imperfecto.
Sus apellidos tampoco le gustaban: Calvo y González. Uno era objeto de burlas y el otro el segundo apellido más común de su país. Pero resultaba que aquella joven conocía a una mujer que, sin un solo recurso, consiguió sacarse a sí misma y a sus hijos adelante; consiguió salir de un pueblo e integrarse en una gran ciudad, sin olvidar en ningún momento sus raíces. Esa mujer aguantó golpes que venían sin dejarla apenas respirar, pero superó las adversidades y se convirtió en una de esas mujeres a las que nadie olvida, tan importante que tienen asegurado siempre un sitio en el corazón.
Esa mujer se llamaba Filomena Maisanaba Lana. Esa mujer era su abuela. Y por eso y todo lo anterior decidió tomar su apellido como segundo nombre en el pseudómino.
Fdo: Ría Maisanaba
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