viernes, 6 de agosto de 2010

Le dijo el lobo al hombre





-¿Por qué ese silencio? ¿Por qué esa solemnidad a la hora de arrebatar la vida?-preguntó el hombre al lobo.
-¿Y por qué gritar tanto cuando puedes hacer uso de la discreción?- preguntó a su vez el lobo, a modo de respuesta.
El hombre calló, pensativo ante aquel dilema. Finalmente habló.
-Porque queremos pensar que somos más fuertes que el enemigo. Y necesitamos una respuesta. Un gemido, un sollozo, otro grito. Un insulto. Lo que sea, con tal de saber que piensan que podemos hacerles frente con creces.
>>En cambio, tú aúllas a la luna. ¿Te ha contestado alguna vez, lico? - añadió, con una sonrisa burlona.
El lobo se irguió, enseñando los dientes. Amenazador.
-Yo amo a la luna.
-¿Y por qué amar a alguien que jamás te corresponderá?- preguntó el hombre.
Ahora fue el lobo quien rio.
-Porque la búsqueda de afecto y la lucha por amor son la razón de la existencia del alma mortal.

Insultos

-Maldita hija de puta...-siseó él, furioso.
Ella, inalterable, contestó con su calma habitual.
-De hecho,no lo soy. Sé muy bien lo que fue e hizo mi progenitora y, por tanto, lo que yo misma soy, a diferencia de ti, por lo que acabo de comprobar. Y a pesar de tu evidente ignorancia, te has atrevido a proferir insulto semejante a mi persona, arriesgándote a mermar su efecto- hizo una pausa para retirar unas migas de la mesa-, consiguiéndolo,desde luego. No esperarás, por tanto, que halle dolor o molestia alguna en tus blasfemias conociendo la falsedad que hay en ellas y lo poco fieles que son a la realidad.
Y dicho esto, se levantó y, recogiendo su sombrero, se marchó, dejándolo a él atónito, sin dar crédito aún a la escena ocurrida.